Por: LAW & CORP
En estas elecciones, lo que debería ser un ejercicio libre y consciente se está viendo ensuciado por prácticas ilegales, inmorales y profundamente peligrosas. Cada vez es más común leer en las noticias que jefes, directores, funcionarios y patrones están entregando «ACORDEONES ELECTORALES» (boletas prefabricadas con nombres marcados) a sus subordinados para que voten exactamente como se les indica.
Pero eso no es solo inmoral. Es un delito. Y amerita cárcel.
¿Por qué?
Porque el artículo 7 de la Ley General en Materia de Delitos Electorales establece que se impondrá prisión de seis meses a tres años, además de multas, a quien:
Haga proselitismo o presione a los votantes en el lugar donde emiten su voto.
Pida evidencia del voto (como fotos).
Interfiera en el proceso electoral.
Recoja credenciales de elector.
Organice el transporte o reuniones de votantes para forzar su decisión.
Y si además usa programas sociales, recursos públicos o beneficios laborales para obligar al voto, la pena sube hasta nueve años de cárcel, según el artículo 7 Bis.
¿Qué está pasando?
Hoy muchos trabajadores, aparentemente están recibiendo instrucciones de por quién votar. Algunos reciben el infame «acordeón», otros son vigilados, o incluso han manifestado que se les exige una foto del voto como prueba. Y posiblemente a muchos los amenazan con despidos, sanciones o castigos si no cumplen.
Eso se llama presión ilegal al electorado.
Y no importa si eres funcionario, jefe, director, patrón o Secretario de algo: es un delito electoral federal.
Por cuestiones legales, los números han sido borrados. Aun así, su existencia es una muestra clara de prácticas que vulneran el espíritu de esta elección judicial. La ciudadanía merece votar libre, sin inducciones ni trampas.
¿Qué podemos hacer?
Denunciar. Cualquier intento de coacción, presión o amenaza puede ser denunciado ante la FISEL (Fiscalía Especializada en Delitos Electorales).
No ceder. El voto es libre y secreto. Ningún jefe o autoridad puede forzarte a entregar evidencia.
Compartir esta información. La gente necesita saber que votar libremente no solo es un derecho, también es un acto de defensa personal y colectiva.
Y SOBRE TODO, RECUERDA:
¡No necesitas votar por todos!
¡No necesitas obedecer a nadie!
Con que votes por uno que conozcas, basta, con eso ayudas al país.
Ese acto de conciencia es mucho más poderoso que seguir diez números sin alma.
Porque si permitimos que los juzgadores lleguen al cargo por medios turbios,
mañana esos medios serán los que dicten las sentencias.
Hoy es un papel con números.
Mañana puede ser el silencio de la justicia, y nuestra perdición.
En Law & Corp creemos que las elecciones limpias no se dan con miedo ni con sumisión. Se dan con información, conciencia y libertad.
Votar libre no solo es resistir. Es proteger el futuro.
